Siempre nos han hecho creer que los árbitros de fútbol son totalmente imparciales y de esa forma no condicionan de nunca los resultados de los partidos. La pasada semana, en un partido de la liga holandesa que enfrentaba a los equipos PSV y Ajax, cuando el resultado era de 1-4, el Ajax marcó su quinto gol y el árbitro lo celebró efusivamente haciendo un gesto con su brazo izquierdo que todo el estadio pudo ver. Atentos al movimiento del brazo del árbitro nada mas producirse el gol.

Sinceramente no puedo imaginar el motivo que llevó al colegiado a hacer este gesto de alegría, supongo que no era porque llevaba un 2 en la quiniela, porque el resultado de 1-4 ya era más que suficiente para acertarlo; más bien quiero pensar que el árbitro había apostado en alguna casa de apuestas a que se iban a marcar más de 5 goles en el partido o incluso que el Ajax iba a marcar 5 o más goles, obteniendo con cualquiera de estas apuestas una ganancia de 1 a 100, es decir, que si el árbitro se jugó 100 euritos, este gol le supuso una ganancia de 10.000 eurazos, ¡como para no celebrarlo!.
No sería el primer caso de árbitros ni jugadores envueltos en tramas de manipulación de partidos para obtener beneficios en las apuestas, pero a este arbitro se le ha visto demasiado el plumero.