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Todavía existe disparidad entre la política y la práctica de la ética

Más del 80 por ciento de las empresas de todo el mundo tienen un código de ética, y eso se eleva al 93 por ciento entre las más grandes. Pero la forma en que eso se pone en práctica varía, y la presión de los colegas y gerentes para comprometer los estándares éticos continúa persistiendo, según un nuevo informe de la CGMA, Managing Responsible Business: 2015 Edition .

â??Nuestros hallazgos muestran que la retórica de algunas organizaciones no refleja la realidad de las operaciones cotidianasâ?, escribe la autora del informe, Tanya Barman, jefa de ética del Chartered Institute of Management Accountants (CIMA).

Todavía existe disparidad entre la política y la práctica de la ética
Todavía existe disparidad entre la política y la práctica de la ética

En el tercer informe desde la crisis financiera de 2008, se encuestó a casi 2.500 contadores públicos de gestión global y a estudiantes de CIMA de los sectores público y privado.

Esa desconexión entre la política y la práctica se pone de manifiesto en los siguientes resultados sobre lo que las organizaciones proporcionan a los empleados y cómo se comparan en 2015, 2012 y 2008.

  • Incentivos para el personal para que se respeten las normas éticas de conducta: 46% en 2015, 25% en 2012 y 19% en 2008.
  • Línea de atención telefónica o línea de asesoramiento ético para informar de las violaciones de las normas éticas: 59 por ciento en 2015, 49 por ciento en 2012, 40 por ciento en 2008.
  • Formación sobre normas éticas en el trabajo: 62 por ciento en 2015, 57 por ciento en 2012, 46 por ciento en 2008.
  • Una declaración de valores éticos, principios comerciales o compromisos de las partes interesadas: 81 por ciento en 2015, 77 por ciento en 2012, 72 por ciento en 2008.
  • Un código de ética o un documento similar para orientar al personal sobre las normas éticas: 82 por ciento en 2015, 80 por ciento en 2012, 72 por ciento en 2008.

â??Los contadores de la gerencia tienen un papel importante en la identificación de riesgos y la salvaguarda de la organizaciónâ?, escribe Barman. â?» También, con la confianza depositada en ellos, tienen el potencial de influir en sus empleadores, ayudándoles a construir y retener la confianza y a nivelar el campo de juego de los negocios.â»

Pero la presión continúa, añade, y â??es para que los empleadores creen la cultura organizacional y para que los gobiernos den forma al ambiente más amplio de manera que realmente aliente a las empresas más responsables.â»

Entre los 10 países en los que se preguntó a los encuestados si habían sido objeto de presiones por parte de colegas o directivos para comprometer las normas éticas, la presión había aumentado en seis en comparación con 2012. Entre esos seis países figuran los Estados Unidos, el Reino Unido, el Pakistán, Sri Lanka, Malasia e Irlanda. Dos se mantuvieron iguales en ambos años (Australia y Zambia) y dos experimentaron una disminución (India y Sudáfrica).

â??Dada la variabilidad de los entornos operativos normativos y legales, esta disparidad pone de manifiesto el desajuste entre la aspiración de construir una cultura ética (que en sà misma lleva tiempo) y las realidades operativas externas, que pueden ser muy difÃciles de influenciarâ?, escribe Barman. â??Dada la creciente atención que se presta a las empresas â??responsablesâ?, esto puede reflejar una creciente conciencia de la importancia de las normas éticas. También podrÃa haber una mayor sensibilidad en cuanto a cuando una amplia gama de normas y polÃticas dentro de la organización se ven comprometidas.â»

Entre las mejores prácticas de negocios de la CGMA para los contadores de gestión se encuentran:

  • Monitorear y analizar la información.
  • Actuar sobre las banderas rojas.
  • Poner al día a los miembros de la junta sobre el desempeño ético.
  • Mostrar cómo las prácticas éticas aumentan el valor de los negocios.
  • Diseñar, comunicar y apoyar políticas éticas.
  • Fomentar la transparencia y hablar en voz alta.
  • Actuar sobre las violaciones.