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Nos vendieron la burra con la TDT

Desde hace ya varios meses nos están insistiendo desde todos los medios de comunicación para que nos adaptemos a la televisión del futuro y comencemos a disfrutar de las emisiones por televisión digital terrestre (TDT). Estas son algunas de las ventajas que nos ofrece esta tecnología: gran calidad de imagen y sonido, mayor cantidad de canales de televisión, valores añadidos / servicios interactivos, nuevos formatos de emisión y recepción vía móvil y portátil.

Creo que otra vez más nos la han metido doblada y nos han vendido la burra con esto de la TDT. Para el que no esté muy puesto en el tema voy a explicar el proceso. Lo primero que tenemos que hacer para poder disfrutar de esta maravilla de televisión es adaptar nuestra antena, por lo tanto tenemos que llamar a un instalador para que realice la adecuación y dependiendo del número de vecinos que seamos nos puede costar entre 50 a 200 euros por vivienda. Después tenemos que comprar nuestro flamante receptor TDT. Los venden en todas partes, por la radio, en el periódico y en los grandes centros comerciales encontramos cajas y cajas apiladas de estos aparatos que van a cambiar nuestras vidas. Una vez que adquirimos nuestro receptor, con un coste de entre 35 y 100 euros, ya tenemos otro aparatito más para colocar en el mueble de nuestro salón, así es que tendremos que hacerle un hueco entre el video, el dvd, el home cinema y el decodificador de Digital+.

Nos vendieron la burra con la TDT
Nos vendieron la burra con la TDT

Después de conseguir colocar nuestro receptor, y con la misma ilusión que un niño con zapatos nuevos, iniciamos la búsqueda de canales y ¡bieeeennn! he sintonizado 30 canales. Todo el esfuerzo ha merecido la pena… Cuando comenzamos a ojear los canales vemos que 10 de esos canales son de radio (RNE1, RNE3, RNE5, Onda Cero…), por lo tanto ya solo nos quedan 20 canales de TV. De esos veinte, un par de ellos son de teletiendas, otros solo emiten en pruebas, otro en un canal musical mexicano… así es que al final nos quedamos prácticamente con los mismos canales que teníamos anteriormente.

Eso sí, pero en calidad sí que hemos ganado. Acostumbrados a ver la tele con niebla, rayas, ruido… ahora lo vemos todo perfecto. En ese aspecto sí que hemos ganado con la TDT, no volveremos a ver mal ningún canal de televisión. Pero para ser sinceros diremos que el pequeño problema es que ahora veremos los canales de forma perfecta o no los veremos. ¡Sí!. Aquí no hay termino medio, o lo ves perfecto o se te congela la imagen y aparece el cartelito de «No hay señal«.

Si hay algo que destaca en la TDT es la inestabilidad del sistema. Parece mentira que estemos en el siglo XXI y que hayan invertido tantos millones en esta tecnología porque no tiene explicación los continuos altibajos que hay en el nivel de señal de los canales.

Cuando totalmente orgullosos de nuestra televisión TDT conectamos nuestro decodificador y comenzamos a hacer zapping hay muchas ocasiones en las que algunos de los canales desaparecen. Parece brujería, pero los canales desaparecen de un día para otro y vuelven a aparecer como si se tratase del Guadiana. Y lo mismo ocurre con el nivel de la señal, que en ocasiones es superior al 90% y en otras no llega ni al 50%, por lo que la imagen se comienza a pixelar, se congela y no consiguimos ver nada.

Pues para terminar os voy a dar un consejo, dejaros de ver tanta tele y dedicáos a hacer otras cosas mucho más interesantes y que merecen más la pena.