Se acabarán los cajeros, olvidaremos las tarjetas, esto avanza a pasos agigantados.
Los cajeros cada vez se van a utilizar menos para sacar dinero, pero sí que van a seguir existiendo como terminales financieros desde los que se pueda hacer operaciones como compra y retirada de entradas, obtención de certificados, pago de recibos, pago de tasas e impuestos, etc.