El shale oil, o petróleo de esquisto, es un hidrocarburo que se obtiene de formaciones minerales de este tipo de roca (lutitas bituminosas) , y que no fue explotado de forma masiva en la edad moderna, debido a la dificultad técnica que implica desprenderlo de la roca a la que se encuentra adherido. Al menos desde el siglo XVII en Europa se conservan registros de su extracción por medios rudimentarios, solo que el advenimiento de las tecnologías de bombeo y propulsión en pozos de hidrocarburos de mayor abundancia y accesibilidad hizo económicamente insignificante su explotación en todo el siglo XX.
Es aquí donde entra en juego el fracking.
El fracking, o fracturación hidráulica, es una técnica de explotación de hidrocarburos que se aplica con gran eficiencia al petróleo de esquisto. Consiste en la perforación de un pozo a más de 2500 mts de profundidad, en dirección al yacimiento escogido. Una vez allí, la perforación da un giro de 90 °, por 2500 mts más (pensemos en una L gigante). A esta perforación, se le inyecta a presión enormes cantidades de agua, arena y otros componentes químicos (algo que genera muchos temores en los sectores medio ambientalistas) para sacar a la superficie el petróleo. Los grandes avances técnicos en la aplicación del fracking en los años 90 y 2000, han hecho posible que grandes yacimientos de esquistos bituminosos, que en épocas anteriores se consideraban inviables comercialmente, ahora sean susceptibles de ser explotados…y en consiguiente, se abren perspectivas de enormes ingresos para los inversionistas, así como de generación de empleos, mas allá del impacto ambiental.
Es muy significativo que muchos de los grandes yacimientos de esquistos de los que se presume tienen gran potencial de explotación, se encuentren en zonas no tradicionalmente petroleras, como Estados Unidos (Dakota del Norte, Nueva York, Alabama); Argentina y Colombia en América Latina, Polonia en Europa, y Cantabria en España. La lista es sorprendente y tiende a crecer. Sin embargo, el gran prospecto a corto plazo para tomar los beneficios de este impulso tecnológico, es sin duda Estados Unidos, el cual se convertirá en 2017 de nuevo en el principal productor de hidrocarburos del mundo; algo que para la mayoría lucía absurdo hace sólo 10 años. De hecho, 40% del incremento en la producción petrolera de Estados Unidos desde 2007 hasta 2014 se atribuye a la explotación del esquisto, vía fracturación hidráulica.
¿Fracking en Cantabria?
El Fracking tiene aun posibilidades de iniciar en España, más concretamente, en la Comunidad de Cantabria.
Si bien no existe en todo el territorio español una sola concesión de explotación comercial, y se han registrado intentos de legislación para prohibir la actividad por su presumible impacto ambiental, quedan aun en dicha comunidad por lo menos 6 permisos de investigación con distintos estatus legales cuya finalización o extinción definitiva no termina de concretarse. Las empresas españolas que impulsan esta actividad están agrupadas en la plataforma Shale Gas (shalegasespana.es)
Palabras Clave: Esquisto, Fracking, Técnica, Cantabria, Fracturación Hidráulica
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