¿Alguna vez has dado una presentación que fue un completo fracaso? Incluso con una audiencia de uno, podrías tener esa mirada de ciervo en los faros cuando explicas los puntos más finos de una declaración de impuestos a tu cliente propietario de un negocio.
Lo más probable es que dejara fuera la parte más crucial de la preparación de su presentación: entender a su público. Cuando te tomas el tiempo de pensar en ellos y te pones en sus zapatos, tienes la oportunidad de conectar y comunicarte realmente.

A menudo, la gente que no ha hecho muchas presentaciones comete el error de pensar que necesitan mostrar a la audiencia lo inteligentes que son. Por lo tanto, utilizan grandes palabras o jerga interna y hablan muy por encima de las cabezas de todos.
El verdadero secreto para impresionar a su público con su conocimiento es comprometerse y comunicarse con ellos. Los mejores oradores no tratan de mostrar lo inteligentes que son, sino que se conectan con la audiencia a su nivel.
Como profesionales de las finanzas, también tenemos que tener en cuenta que aunque dominemos el lenguaje de los números y la contabilidad, nuestro público puede no serlo. Esto significa que necesitamos traducir nuestras ideas a palabras que ellos entiendan. Esto es en lo que necesitas enfocarte.
¿Por qué debería importarles?
¿La información que está proporcionando conecta con su audiencia de alguna manera? Piensa en tu tema desde el punto de vista de ellos. Aquí hay algunas preguntas que pueden tener sobre el tema:
- ¿Esto se aplica a mi situación?
- ¿Necesito hacer algo diferente?
- Si no cambio, ¿me costará algo a largo plazo?
- ¿Cuál es la recompensa si hago este cambio? ¿Esto me ahorrará impuestos o hará que mi negocio sea más rentable?
Las respuestas a estas preguntas les ayudarán a crear una presentación que sea significativa y les ayudará a entender la información que quiere transmitir.
¿Qué tipo de información funciona mejor para este público?
Además de establecer una conexión entre las necesidades de su público y la información que quiere compartir con ellos, tendrá que considerar la mejor manera de transmitirla. Recuerden: En este caso, la demografía es importante.
Esto es especialmente importante si está dando una presentación sobre información financiera. Por ejemplo, si estás hablando con un grupo de contables, querrás incluir números y gráficos porque es el lenguaje que entienden. Pero si tu audiencia es de escritores o artistas, necesitarás presentar la información de una manera más visual.
Es inevitable que en algún momento, se enfrente a individuos que no compartan sus puntos de vista, opiniones o enfoque. En esos casos, querrás evaluar rápidamente el estilo de comunicación y la personalidad de una persona para poder adaptarte y mantener la conversación.
¿Qué es lo que ya saben?
Comprender el nivel de competencia de su público le permite adaptar su presentación para que cumpla o supere ligeramente su nivel de experiencia. Esa alineación de lo que ellos saben y lo que usted está compartiendo le permite crear una conversación con ellos. Recuerde que el analfabetismo financiero está muy extendido en estos días, así que no se sorprenda si necesita explicar de forma clara y sencilla los conceptos básicos de contabilidad e impuestos.
Elija sus palabras sabiamente
La siguiente parte crucial es asegurarse de que su público entienda las palabras que usted usa. El inglés sencillo casi siempre funciona mejor que la jerga, a menos que estés seguro de que todo el mundo conoce esos términos.
Algunas palabras tienen un significado diferente para los profesionales que para el público en general. Por ejemplo, cuando la mayoría de la gente oye «depreciación», piensa en el valor que pierde un coche cuando lo saca del concesionario. Pero para nosotros los contables, tiene un significado completamente diferente.
También me gustaría señalar que añadir el humor apropiado también ayuda a forjar una conexión con su público. También puede hacerte más humano y menos «sabio en el escenario».
Por ejemplo, los discursos de actualización económica, como se puede imaginar, pueden ser increíblemente secos, aburridos y totalmente poco inspiradores. Pero cuando Steve Forbes dio uno en la convención anual de la Asociación Nacional de Oradores de 2014, fue todo menos aburrido.
Evitó los términos técnicos, lo hizo divertido y usó analogías que todos podían comprender. Debido a que entendía muy bien a su audiencia y explicaba la economía en términos que pudiéramos entender y relacionarnos, recibió una ovación de pie por su discurso.
La preparación vale la pena
La próxima vez que haga una presentación sobre un tema técnico complejo, dedique tiempo a pensar en quiénes serán sus espectadores. Considere las formas en que puede poner las cosas en contexto o usar analogías con las que todos puedan relacionarse.
Sí, esto requerirá mucho trabajo duro, y no, no estáis haciendo tonto el contenido. Estás haciendo tu presentación para que todos puedan entender el tema mucho mejor. Incluso cuando estás hablando cara a cara con uno de tus clientes, es importante considerar su necesidad de información financiera. Este trabajo duro dará diez veces más frutos, y su audiencia se irá con algunos conocimientos muy necesarios que pueden retener.
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