Durante el curso del Día de Acción de Gracias y el Viernes Negro, los americanos gastaron más de 4.45 billones de dólares en línea – el incremento del 25 por ciento anual fue una buena noticia para los minoristas del comercio electrónico, pero una mala noticia para algunos de los sistemas informáticos de los que dependen.
Como en años anteriores, los comerciantes se encontraron con algunas dificultades técnicas, entre ellas un problema de conectividad con una plataforma de automatización fiscal de gran reputación.
A un alto nivel, los fallos como éste ilustran que el software fiscal es un motor complejo y delicado con muchas partes que deben funcionar juntas. El software de automatización de impuestos debe hacer cálculos precisos de impuestos de ventas basados en datos parciales y a menudo imprecisos.
En primer lugar, el sistema identifica la ubicación exacta del comprador. Para ello, las plataformas fiscales utilizan un servicio de verificación de direcciones (AVS). Al reconocer que los clientes pueden introducir la misma dirección de muchas maneras diferentes, los AVS limpian y estandarizan automáticamente la dirección. De esta manera, el sistema puede vincular al comprador a una de las aproximadamente 10.000 jurisdicciones fiscales diferentes de los EE.UU. y determinar qué tasas y reglas se aplican. Los sistemas que se basan sólo en un código postal o zip+4 no pueden hacer esta determinación con una fiabilidad consistente.
A continuación, el sistema debe determinar el contenido de cada transacción analizando el registro de ventas. ¿Qué es cada artículo? ¿Cuánto cuesta? ¿Cómo se grava ese artículo en esta jurisdicción en particular? Este proceso es complicado porque el sistema debe ser capaz de distinguir las partidas, el importe del envío, el total antes de impuestos, el precio por unidad, las tasas de servicio y mantenimiento, etc., y dar sentido a toda la información. La plataforma de impuestos también debe tener en cuenta los umbrales de los impuestos, los días festivos y otros factores que pueden cambiar la tasa. Todo esto tiene que ser completado en milisegundos.
Puedes pensar en el proceso de cálculo de impuestos como una reacción en cadena. Si algún eslabón de la cadena falla o produce información incorrecta, los eslabones subsiguientes también fallarán en su trabajo. Si el AVS no responde, por ejemplo, el motor de impuestos esperará y esperará, y el impuesto de ventas nunca será calculado. Si el sistema malinterpreta las partidas y su valor, calculará el impuesto equivocado. Cada paso debe ser perfecto. El fracaso puede detener la transacción o causar la recaudación de impuestos incorrectos.
El riesgo de averías a menudo depende de cómo se diseña una plataforma fiscal. Por ejemplo, algunas plataformas licencian o compran múltiples tecnologías y las enganchan juntas como el reno en el trineo de Santa Claus. Las integraciones son inicialmente robustas, pero las actualizaciones de software y otros cambios en el sistema pueden degradar involuntariamente estas conexiones. Para correr con la metáfora de Santa, si el arnés de Dasher se rompe, chocará con los otros ocho renos y detendrá todo el trineo. Eso significa que no hay regalos (compras en línea) para nadie.
Por el contrario, algunas empresas de automatización de impuestos tratan de eliminar las integraciones y construir todo en casa. Desde una perspectiva empresarial, esto puede ser una carga significativa, pero significa que habrá menos puntos potenciales de fracaso y por lo tanto menos cosas que puedan salir mal. Piense en un equipo de buceo como una analogía. ¿Preferiría tener un tubo de goma sólida que conectara su regulador (pieza de respiración) a su tanque de aire? O, ¿le gustaría apostar su vida por un tubo que consiste en 10 secciones separadas de goma pegadas entre sí?
He aquí el dilema universal que enfrentan las compañías de software de impuestos de ventas: ¿combinamos múltiples componentes, o construimos un sistema único y unificado? El enfoque de integración pondrá en marcha una solución más rápida y menos costosa, pero a medida que el sistema escale a un mayor tráfico y se adapte al nuevo código, las integraciones se convertirán en los puntos más débiles. El sistema unificado tardará más tiempo en desarrollarse, pero escalará y funcionará mejor y con mayor precisión a largo plazo.
La lección para llevar a casa es que la tecnología aparentemente simple y útil tiende a tener una tonelada de complejidad bajo el capó. Para reducir la probabilidad de que se produzcan averías y cálculos inexactos, los comerciantes deben buscar sistemas fiscales que estén unificados en su diseño y que hayan sido probados tanto en cuanto a su exactitud como a su escalabilidad.